La rapidéz con que cada pequeño respiro se vuelve agitación y descontrol. Inconscientemente estamos sometidos a un tiempo controlado, pertenecemos a un sistema manejado, en donde nos reducimos a ser una simple combinación de números y letras. Nuestra identidad es plastificada y nuestro verdadero ser una hermosa ilusión.

No somos más que una pequeña pieza de esta gran maquinaria de producción, así Ciudad Irreversible busca mirarnos entre nosotros y sacar conclusiones.

Dedicado a nosotros y a Ella…La Ciudad Irreversible.

¿Tenemos algún tiempo en que nos detengamos?
1 minuto y medio seria suficiente…

¿Tenemos algún espacio en que no nos estén mirando?
Por muy pequeño que sea, nos serviría.

Ruido, estrés, cuerpos, personas a velocidad máxima, miradas hacia delante, sudor frío, tiempos limitados, cotidianidad presente, inercia incompleta, cansancio acumulado, teléfonos activos, máquinas funcionando, control inalterable. Esto nos regala la ciudad irreversible.

Sin saliva y sin salida estamos siendo excitados, informados, perdidos, comprados, silenciados, graficados sin errores, y calificados en perfección.


Un problema frecuente, una enfermedad actual.